“La primera víctima en tiempos de guerra es la verdad, o dicho de otro
modo: el primer arma de toda guerra es la estrategia comunicativa que la
justifica”. Con esta frase abre Miguél Alvarez Peralta, periodista e investigador
de comunicación de masas, su artículo “La construcción mediática del monstruo
Gadafi y la rebelión popular en Libia”.
El autor trata la transformación desde el extravagante y risueño presidente
de Libia, hasta uno de los mayores dictadores del siglo XXI llevada por los
medios de comunicación, con el empujón persuasivo del gobierno. Los medios no
cuentan las historias como quieren ellos o quieren los ciudadanos: cuentan las
historias de la forma en que quiere el gobierno.
Lo mismo que se desencadenó con Gadafi en el año 2011, está sucediendo hoy día
en Siria. Los medios se posicionan como el sistema comunicativo por excelencia,
irremplazables, siendo éstos la ventana abierta a los conflictos que suceden en
el mundo. Pero esa ventana no enfoca hacia donde los ciudadanos quieren (o
deberían querer) mirar, si no que señala aquello que las instituciones
gubernamentales poderosas interesadas quieren que se muestre a la masa.
Como indica Yizbeleni Gallardo en su artículo, Irak se
consolidaba como uno de los mejores sistemas de salud y de enseñanza antes invasión
norteamericana en 2003. Libia en 2011, antes de la intervención de la OTAN y
las bandas armadas, tenía, curiosamente, uno de los más altos ingresos per cápita del mundo islámico1.
Cuando el grifo del petróleo se
regularizó para el mundo occidental, la líder del país, Gadafi, se transformó
en el cabeza de turco para Europa y América y de la noche a la mañana, los
medios de comunicación saturaron sus canales de atrocidades cometidas por
Gadafi. Los informes que se “sacaban a la luz” de barbaridades hechas por
Gadafi a sus soldados y a la población de Libia eran incontables.
Siria vive hoy día una guerra civil. Pero en esta
guerra tiene mucho que decir occidente y sus acciones se mueven solamente por
un motivo: la posición estratégica de la costa de Siria al mar mediterráneo,
una zona perfecta para controlar el transporte de petróleo. Pero los medios europeos
no mencionan casi nunca, si no es jamás, nada que relacione a los soldados occidentales
movilizados a la zona con el interés por controlar el transporte del deseado
líquido. El tema que abordan los MCM de la guerra civil gira en torno a los
crímenes y las brutalidades del IE (Estado Islámico), y de la avalancha de
refugiados que aparecen en las costas europeas. Curiosamente, estos dos temas
van de la mano para Europa.
Si bien no he visto una afirmación contundente de
que se asegure que estos refugiados huyen del “régimen de Bashar Al Assad”, la organización de los informativos deja muy
claro ese punto de vista: una noticia de tantos refugiados que aparecen en las
costas, viene a continuación o justo delante de otra noticia que narra los
crímenes del grupo terrorista ISIS o las barbaridades que están sucediendo en
Siria. Y aunque no se especifique la nacionalidad de estos refugiados que
llegan en masa, la manipulación organizativa en cuanto a las noticias deja muy
claro el pensamiento que existe detrás. Es muy fácil manipular al espectador
con medias verdades, pero, Yizbeleni Gallardo cuenta que “si bien en parte las
personas que se están internando en Europa son procedentes de Siria, en su
mayoría, están huyendo de diversos países africanos que sufren las
consecuencias de la fallida primavera árabe”1.
Ocultar detalles o añadir algunos es una de las
miles de estrategias que se usan para manipular. “La esencia de la manipulación
informativa radica en el control de las ideas”2.
Se comienza construyendo
una pequeña idea que se presenta al espectador. Esa idea va
acompañada de unos ejemplos o demostraciones de la veracidad de esa idea, que al
principio puede ser muy pequeña y no tener una buena acogida. Si hay grandes
intereses en que esa idea crezca y se instaure en los pensamientos de los
ciudadanos, los medios se encargan de crear una historia que embarque esa idea.
Se le va dando forma conforme pasan los días y los telediarios son saturados de
más detalles que alimentan esa idea y la engrandecen. Sin darnos cuenta, la
idea formará parte de nosotros y de
nuestros pensamientos diarios y no solo eso. Gracias a los medios y su
manipulación, tendremos diversos ejemplos o razones en nuestra mente para
justificar defender o estar a favor de esa idea, razones que creeremos nacidas
de nosotros mismos, pero no es verdad. Las razones por las cuales defendemos
esa idea son introducidas poco a poco en nuestros hogares de miles de formas
diferentes, como se ha visto en el caso del orden en la presentación de las
noticias.
EN CONCLUSIÓN…
Hacer desaparecer la manipulación de los medios es completamente imposible,
si el público no es capaz de conocer todos los detalles de la información que
recibe y conseguir un medio que presente los hechos que suceden tal cual
suceden y, además, informe al espectador del contexto de la noticia de una
manera completamente objetiva y plural, es una utopía. El espectador,
mayoritariamente pasivo, debe tener interés y transformarse en activo, buscando
e informándose por su cuenta sobre aquellas noticias que ya por su naturaleza
invita al a duda.
BILBIOGRAFÍA
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