miércoles, 9 de diciembre de 2015

DEBATE A CUATRO



Pedro Sánchez, líder del PSOE, Pablo Iglesias, líder de Podemos, Soraya Saenz de Santamaría, portavoz del PP en sustitución de Mariano Rajoy y Albert Rivera, portavoz de Ciudadanos, se enfrentan el día 7 de diciembre en un debate político histórico a cuatro, que rompe el bipartidismo que inundaba España desde la caída de la dictadura de franco. Ante las elecciones del próximo 20 de diciembre, este enfrentamiento, trascendental para muchos, se presenta en un debate a cuatro bandas con aires de cambio y nuevas oportunidades de elección.

  El debate fue dividido en secciones así como temas de actualidad siguiéndo una fase dividida en dos áreas temáticas. La primera se comenzó con la economía y el bienestar a lo que siguió las reformas constitucionales. 

  En este primer bloque se trató sobre todo, del paro y los impuestos, lo que, por supuesto, generó debate entre los portavoces con las primeras críticas de Pablo Iglesias a la vicepresidenta, “En España la población activa se ha reducido desde que está el PP y muchos jóvenes se han tenido que ir” y de Albert Rivera al modelo de España “tenemos un modelo precario con gente que  entra y sale del sistema laboral con contratos basura”. Se pusieron en coalición datos relevantes de las cifras de paro y se creó un frente momentáneo contra Soraya Saenz y su partido. En un momento, Pablo Iglesias llegó a mencionar el salario con el que vivía él hará cuatro años cuando sucedía el “rescate por parte del PP”. Cuando los impuestos se ponen encima de la mesa, los partidos comienzan a enfrentarse unos contra otros. Pablo Iglesias presentó una idea nunca propuesta por los partidos que hasta ahora ostentaban el poder, y es subirle los impuestos a quienes controlan el dinero: “Los bancos que se benefician de ayudas públicas que se aprieten ahora el cinturón” o subirle el IVA solamente a los productos de lujo como puede ser un yate. 

  El enfrentamiento entre las “dos izquierdas” dio que hablar. El ya famoso “no te pongas nervioso Pedro” se escuchó en bastantes ocasiones durante el debate, y durante los enfrentamientos verbales entre los dos frentes. Albert Rivera aseguró que se podría renegociar con Bruselas en caso de que ésta exija más recortes para pagar el déficit, pero “lo que no se puede es no pagar”. Aseguró además que “los españoles no tienen ya que optar por lo malo o lo más malo, ahora se puede elegir una nueva etapa”. Cuando se mencionó la educación Pablo Iglesias destacó que “los que han redactado esa ley, no van a escuelas o universidades públicas. Se quiere y debe escuchar a la gente, a los estudiantes y a los profesores”. 

  Otra de las fases, la de las reformas constitucionales, estuvo cargada de momentos de tensión e incluso, de ironía. Los ataques a la ausencia de Mariano Rajoy fueron constante en todo el debate. Se tocó el tema de la corrupción en los que PP y PSOE fueron los que salieron más perjudicados por los casos que les preceden de anteriores candidaturas. Ciudadanos y Podemos atacaron con datos al PP sobre los casos de corrupción e impunidad hacia los afectados, incluso Pedro Sanchez presentó una lista de casos de corrupción para Soraya Saenz de Santamaría que se quedó en silencio solamente asegurando que “ha habido muchísimas explicaciones”. Una de las propuestas de Albert Rivera hace que se enfrenten la vicepresidenta y él: “propongo cambiar la ley electoral, hacer una conferencia de un gobierno autonómico de presidentes para debatir los temas autonómicos”.

  Aparece a continuación el tema de Cataluña en el que solamente Pablo Iglesias es el que propone ofrecer “el derecho a elegir, escuchar a los ciudadanos catalanes”, convocar un referéndum para que los catalanes decidan si quieren independizarse o no. Esto le granjea nuevos ataques en el debate.

  Uno de los puntos más interesantes fue la pregunta de cierre en la que se preguntó a los portavoces qué harían en caso de que el presidente francés pidiera ayuda a España y que ésta tuviera que mandar tropas terrestres a Siria. Pablo Iglesias se enfrentó a la pregunta con un claro NO ante ella, mientras que los demás no dieron una respuesta exacta. 

  Después de esa histórica noche los sondeos, no faltó las opiniones personales de los portavoces, y, como proclama un artículo en el canal de internet de la sexta noticias, “los partidos se muestran satisfechos de su actuación en el debate”. Toda la culpa va hacia fuera, hacia los otros partidos. Parece que, como dicta el artículo, “hay más urgencia de señalar al perdedor que al vencedor1.

  Sin embardo, la audiencia no tardó en reclamar su oportunidad de votar un ganador y los medios no tardaron en hacer presencia en toda la actualidad, sus propios sondeos y sus respectivos gráficos mostrando a quien votaban sus espectadores. Aquí se presentan algunas de ellas con resultados algo dispares entre sí. Una cosa queda clara en todas ellas, y es que Pablo Iglesias, con diferencia, se proclamó ganador indiscutible del debate.






*Distintas encuestas realizadas el mismo día del debate provenientes de diferentes periódicos: ElPais, Eldiario.es elcorreo ABC y elmundo.


  Muchos de los posteriores artículos mencionan el fracaso o el intento de la vicepresidenta de Soraya Saenz de estar a la altura de los aspirantes. Un ejemplo es el que nos presenta el artículo del diario.es recalcando los datos confusos que ofreció Saenz de Santamaría que comenzó diciendo que “1.500 españoles encuentran empleo al día y otros 1.500 creen que pueden encontrarlo y que en el último año se habían creado 600.000 puestos de trabajo”2

  Además de ello, el propio artículo presenta más datos erróneos de la vicepresidenta, como la afirmación de que ahora hay más trabajadores fijos que cuando el PP llegó al gobierno y los desmiente con datos estadísticos obtenidos de la Encuesta de Población Activa (EPA) en el que aseguran que “en el inicio de la legislatura, el 24,79% de los trabajadores eran temporales y en el trimestre del verano (el último que se conoce) la cifra ascendía al 26,15%2. Sin duda, por sus pequeñas meteduras de pata y equivocaciones, además de las constantes puyas que se escucharon por parte de los demás portavoces del partido y el consiguiente silencio de Sanez, la vicepresidenta del PP no consiguió, ni de lejos, rellenar el hueco que la ausencia de mariano Rajoy había creado.

BIBLIOGRAFÍA

No hay comentarios:

Publicar un comentario